HABÍA UN LAUREL ERGUIDO A MI COSTADO
Entre los juncos de la tarde
me senté en una piedra
los chopos ya no tenían hojas
y había un laurel erguido a mi costado, siempre verde
olía a almendra amarga
pero no, no era acre el hedor de la sospecha
era como una sensación percibida en instante
indefinido, en el recelo de un ambiente rústico
El sol movió sus brazos
y el canto de la fuente se unió al silbo de un pájaro
entre la sensación y la fragancia indescifrable del árbol
Las oblicuas y foliadas ramas ascendentes
sobre la piel grisácea del laurel
llamaron mi atención, y sí, las hojas parecían manos
verdes oscuras en su haz
brillantes y más claras en su envés
Apolo sonreía, se complacía en mis afectos
La Victoria elevaba su espíritu
Los dioses aplaudían
Un vaho, como una esencia, recubría mis sueños
reminiscencias o nostalgia de estelas olorosas
de congelados recuerdos que el aire acariciaba
entre pensamientos saturados de aromas
Había dos, tres aguas de olor al fondo, en la quimera
coronas de laurel para las trovas que no escribo
y un aceite volátil, humo aromático para el sensible olfato
de los versos
ungüentos, bayas, licores, aderezos
halago del ensueño entre la miel oculta de la idea
o la intuición, sutileza de instintos, olfateando
entre los juncos de la tarde.
©Julie Sopetrán
Gracias, amiga. Besos.
casi pude olerlo, Julie .. 🙂
Gracias Camy por tus comentarios, por tu lectura, por estar siempre ahí con mi poesía. Un beso fuerte.
Leerte es gozar de las maravillas terrenas y a la vez alcanzamos la belleza de los dioses.
Gracias Sor Cecilia. Me alegra mucho tu visita y lectura. Me gustan los árboles e inspirarme en su belleza. Gracias amiga. Besos,
No sé si los dioses aplauden, y no es el laurel el que ves erguido con unas manos parecidas a las humanas, eras tú misma la que te levantabas para oler ese perfume indefinido e infinito del árbol que te inspira cada poema.
Un beso de ternura mi querida Julie.
Gracias Pepe. Agradezco mucho tu comentario. Mi abrazo.
Sabes llegar con tus versos Julie, versos con aderezo de laurel que emanan suaves aromas. Enhorabuena. Un fuerte abrazo y buen fin de semana. @Pepe_Lasala
Gracias Yolanda, aprecio mucho tus palabras. Un beso y feliz fin de semana.
En verdad bello, lleno de pureza, en su contexto literario.Me fascina tu forma de escribir. Tangible y al tiempo mismo… etérea. Un beso Julie
Gracias por tu lectura. Mi abrazo para ti.
Corona de laurel, señal de Victoria y recuerdo doloroso para Apolo al ver a su anhelada Dafne convertida ese árbol… maravilloso mitológico poema, Julie.
Gracias Ernesto. Me alegra mucho saber que te gusta. Mi cariño y abrazobeso para ti también.
Un poema profundo y lleno de una íntima emoción. Hermosa lírica, Julie, un deleite. Abrazobeso grande, amiga.
Gracias a ti, Ramón. Un abrazo.
Poema cuajado de belleza.Gracias, Julie
Un abrazo
Bueno, tú sí que conoces el laurel, porque además de poeta, eres bióloga. Me resulta difícil expresar ese olor de olores. Pero me gusta saber que te gustó. Es un regalo tu comentario. Muchas gracias amiga. Besos.
Julie, tu sabes mejor que nadie que el laurel no tiene un aroma único, es una conjunción de olores que son sabores penetrantes, dulzones, húmedos… Tu nos has adentrado muy mágicamente en los aromas del «laurel erguido a tu costado» : olor a almendra, a manos grises, a reminiscencias o nostalgia de estelas olorosas, a esencias de coronas,a sonrisas de Apolo, a aguas de olor al fondo, a aceíte volátil, a humo , a «ungüentos, bayas, licores, aderezos»… a miel oculta, a juncos en la tarde.
Amiga, gracias una vez más por regalarnos tanta belleza en tu lírica.
Muchos besos.
Gracias Loli por percibir ese olor tan difícil de expresar… Me encanta la palabra LAURISILVA. Gracias. Un abrazo
Sentada en una piedra, la manera más cómoda y eficiente de escribir un poema e inspirarse en la naturaleza, eso es probar todos sus beneficios. Que no te quede la duda, has sabido transmitir el olor de un bosque de laurisilva y desde esta ventana es posible contemplar todos los elementos que componen el ambiente.
Un beso Julie. Buenas noches.
Gracias por hacerme compañía… :))) Otro abrazo para ti.
Gracias Greg, agradezco tu lectura. Un abrazo.
Gracias a ti por leerme. Besos.
Aún no sé si fue sueño o realidad lo que nos cuentas, pero lo que es seguro es que yo también me recosté a tu lado, junto a los juntos verdes de aquella cuneta…
Precioso, Julie…!!
Abrazos alcarreños.
Me pierdo siempre entre tus letras con gran placer y deleite… gracias por compartir….
Besos
Tus palabras se elevan en el aire, poema lleno de belleza que hace vibrar los corazones… Besos Julie
Gracias Isabel, gracias por encender la lumbre… Besos.
Un placer leerte julie. Esté poema me hace cabalgar sobre las palabras y los versos como si fuera a lomos de un caballo. Un juego de imágenes que activa los sentidos. El laurel huele a hogar también, a pucheros en la lumbre…un beso.
🙂 mezcla lo que conoces y… ¡tachán! ¡Ahí está! O al menos debes seguir intentándolo 😉
Jajajaja, ojalá, pero es casi imposible…
😉 Seguro que darás con la fórmula mágica para describirlo. ¡Un abrazo!
Gracias Martes, ¿sabes? estaba buscando cómo definir ese aroma del laurel… pero no lo consigo. Luego me acercaré al cuento. Besos.
Leerte hoy ha sido como ver a Dafne hecha árbol. O como ver a una curandera medieval mezclando sabiamente sus plantas.
Este ungüento que has fabricado, de hojas y palabras, sirve para curar tristezas, aburrimientos y monotonía en las almas de los que te leemos. ¡Gracias, Julie! 😉