«ISABELLA FOURMENT»
Algunas veces, varias, he usado seudónimos y uno con el que he disfrutado mucho es precisamente el de Isabella Fourment, nada tengo que ver con Rubens, pero es una forma de jugar a los nombres. Me gusta escribir en silencio, antes o después, escucho música y cuando puedo, me siento cómodamente a leer. Luego, me doy un paseo por el campo, me gustan los árboles, los caminos cargados de hojas amarillas o rodeados de flores, soy amante de los jardines, del mar, del desierto y de los cielos claros, pero me gusta también la lluvia, el frío, la montaña, los lobos… Amo la buena mesa, me deleito en el gusto del paladar y me apasiona la fotografía, el arte, la música, la pintura, las humanidades. Creo que tanto el Amor como la Amistad tienen que demostrarse, nada se demuestra más que el Amor. Me seduce La Palabra. También el ser humano, la justicia, la hermandad entre los pueblos y, soy dual, escogí esta foto porque me gusta el arte y también los desiertos, los parques, los lagos, los jardines, las flores, las mariposas, el día, la noche, el bosque, siempre el Amor, los libros, para así definir mi perfil con otro nombre. Pero no dejo de ser Julie Sopetrán. ¡Ah! el refrán que más me gusta es: «No dejes para mañana, lo que puedes hacer hoy» y otro que encierra mi filosofía de la vida, «lo que no quieras para tí, no se lo des a nadie.»
Esta es una página más de mi poesía que a veces he firmado con Isabella Fourment, como en La Casa de Asterion, dirigida por la extraordinaria profesora argentina: Elena Cristina Varela – Tormenta o Nina. He usado muhos seudónimos, como el nombre de mi tatarabuelo, León Barba, o el apellido de mi madre, a veces anteponiéndole Eva…
ENSALADA ESPAÑOLA (receta) |
Me sabe el tomate a sol como la cebolla a luna; sal, vinagre y aceituna, todo sin colesterol. De barro ha de ser el bol, la lechuga es mi ingrediente, aceite de oliva, un diente y el ajo, con la pimienta molida, que condimenta, y el sabor… ¡es excelente!
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S E M B L A N Z A
Entremos al Palacio Barberini de Roma,
a la Galería Nacional de Arte Antiguo,
y admiremos el Renacimiento italiano.
Margherita Luti, hija del panadero Francisco,
Fornarina, apodo por la harina de la panadería
o el pan de cada día, hecho para un artista enamorado,
hambriento de sexo y de belleza como Rafael.
Su modelo, su amante, la pose sugerente del amor
¿O no es ella?, tal vez es una cortesana de Roma
que acostumbraba a posar para ganarse la vida.
¿Qué importa? Quien fuera, lleva inscrito
en el brazalete que ciñe su brazo el nombre de: Raphael Urbinas.
Tal vez fue ella su gran amor, o tal vez fue uno más de sus romances
anclado en las sombras, en la vida del artista, en el lienzo
donde la vida sigue hermosa ante nuestros ojos.
Podemos ver el cielo en las orillas del lóbrego fondo entre los árboles,
jardín cerrado donde sólo el artista y la modelo se encuentran.
Son los verdes oscuros que intimidan y dan más esplendor a la imagen.
Es así la noche en la rosada piel o en la carne dorada por la luz.
Mitad desnuda, mitad vestida, crean una leyenda de pasión
redondez mórbida de serena belleza y alegre cromatismo.
¿O es un encuentro de roles femeninos con dilemas éticos?
Así se queda impresa la dulzura de una virgen
y la sensualidad de una prostituta.
Iluminación, genialidad, poesía, coqueteo, grandeza espacial,
transparencias, emoción o tridimensional encanto…
Es el contraste de la luz y la sombra
que nos conecta con la mezcla del marrón y el rojo
y nos hace adentrar la mirada en el velo
que cubre su vientre hasta los pechos
y hasta quiere ser púdica en el gesto al sujetarlo con su mano.
Sus manos, que apuntan sexo y seno creando esa ilusión
que invita y seduce en lo erótico.
Su cuello largo, sus ojos y su cabello oscuros
si lo miras de lejos, le dan al cuadro un eje y una simetría vertical
que parte también de su mirada dulce y a la vez independiente.
Sus ojos expresan lo ideal y lo sensual
y a la vez ostenta como un misterioso secreto interior
que da vida a las posturas donde todo se expresa
donde nada se oculta.
Es Rafael el que quiso imitar a Miguel Angel,
aquel que murió el Viernes Santo de 1520
cuando cumplía su aniversario de nacimiento:
un genio del Arte.
Margherite Luti, hija de un panadero, musa y amante en Roma,
la harina de su padre le dio el nombre para un pintor romántico,
que murió a los treinta y siete años, impregnado de excesos y belleza.
©Isabella (Julie Sopetrán)
MAS QUE PERRO
“A veces muevo el rabo y a veces muerdo”
dice el perro a su amo,
pero el perro no sabe que su amo es un perro sabido, anciano, agotado,
¿o sí lo sabe?
Diógenes quiere apagar su lámpara, porque le anima el fracaso,
no encontró al hombre, ni siquiera a un ciudadano ateniense
que fuera justo, honesto, bueno,
ahora, sus discípulos son los perros, otros perros como él
contemplando el mundo desde su hogar: un tonel
tirado en plena calle:
escuela de un cinismo puro en actitud orante.
Él sabe que la sabiduría está al aire libre, afuera, en la plaza con la gente
Sólo los poetas resabios se ocultan con el otro lenguaje
Anarquía, autonomía, autarquía, ejemplo vibrante, lección de vida
ciudadano del mundo.
Todavía recuerda cómo invalidaba las monedas con un punzón
Lecciones de su padre
O cuando consultó el oráculo en Delfos
¿Pero cómo cambiar los valores?
Sólo escupiendo a la gente, sólo masturbándose en público, sólo imitando
a los perros.
Y ni la parodia, ni la sátira, ni la anécdota, ni la burla, ni el escándalo,
ni la provocación, ni la huida, ni la cárcel, ni la autosuficiencia, ni la pelea
contra todos.
Nada sirvió para cambiar al hombre, él sabía que todo es de los dioses
Sólo aprendió a vender a su amo, a protestar por todo contra todo
A morir en el desapego, en paz, parando el aire que respiraba
O convirtiendo su vientre en mar para que viviera el pulpo
O dejándose morder por sus propios perros ¿qué más da?
Si Alejandro Magno hubiera querido ser Diógenes
Y Diógenes consiguió ser perro… ¿qué más da?
“Los enemigos conocen nuestras debilidades”
Nos observan, pero son como los demás…
tampoco son hombres.
El inglés Jerome Gerôme, interpretó la idea
de quien, además de ser un perro libre,
fue un hombre sabio.
Isabella (Julie Sopetrán)
MI INTERPRETACIÓN
Francesco Hayez, nació en Venecia en 1791 y murió en Milano en 1882. Este cuadro que mide 90 x 70 cm. Lo pintó en 1850 y hoy pertenece a una colección privada. Así ya sabemos que Francisco Hayez es un pintor italiano donde vivió y murió y la mayor parte de su obra la pintó en Milán. Fue muy importante en su época porque colaboró activamente en ese cambio o transición del Neoclasicismo al Romanticismo de la pintura italiana. De todos nosotros es conocido El Beso, era admirado por los temas que pintaba más que por la técnica. Pues él perteneció al círculo de Canova y de Ingres. Pero ante todo le gustaba pintar temas históricos, religiosos y mitológicos. Famosos son también sus retratos.
El título de este cuadro es: Storia d´Italia
Aunque también lo han llamado “Meditación sobre el Viejo y Nuevo Testamento”
Si nos detenemos en el fondo oscuro, vemos cómo resalta la belleza de esta obra, ya que hay oscuros superpuestos, el de la silla con el fondo, por ejemplo. Por lo tanto el reflejo de la oscuridad no es directo para el que lo mira.
La mujer, a la que vemos sumida en sus propios pensamientos, mirando hacia una lejanía o cercanía… Parece como si el lienzo lo dejara atrás, se saliera, se acercara a nosotros. Y le observamos que está preocupada por algo que ve hacia afuera.
En su mano derecha tiene un pergamino, un folio, que es un título, Historia de Italia… es como el símbolo del conocimiento, de lo que es histórico.
En su mano izquierda hay una cruz mortuoria. La cruz es el símbolo de Italia. De la historia de Italia.
Vemos su pecho al descubierto, bellamente pintado y muy provocativo.
Al mirar contrasta el color de este pecho con la negra cruz y verás la divergencia de los símbolos. La carne, el pecado y la muerte en esa diferencia de colores.
Se pueden pensar muchas cosas sobre este cuadro. Se ha dicho que es una alegoría de la Italia del Siglo IXX.
Si nos detenemos en la mirada de la mujer y en el conjunto del cuadro, podremos comparar un sugestivo e incluso hipnótico efecto. Ya que ella parece encontrarse entre un despertar y a la vez un adormecimiento o sopor casi sueño, como si tuviera que resolver algo importante que todavía no sabe cómo hacerlo. Pero si nos metemos más adentro de su mirada, nos encontraremos también con la tristeza, la angustia y la melancolía. Es un cuadro que puede inspirar mucha poesía.
©Isabella (Julie Sopetrán)
MI IMPRESIÓN
Autor: Isabella Fourment (Julie Sopetrán)
No deja de ser frágil, no deja de ser bella
Parece una escultura mimada por las manos
De un dios indiferente
El color y la línea me parecen perfectos
Es una forma pura, un canto, una balada
Un sensible retazo de la melancolía
Un pulido acabado de moderados sueños
O una oculta dulzura que disfraza las formas
Pero hay algo en el lienzo, como pasivo y muerto
Le faltan los secretos, la atracción más sensible
Tal vez el vello, tal vez la poesía de un suspiro
La pasión en el alma o el brillo de los ojos
Es la monotonía del agua en el silencio
O el cristal de un espejo que sonríe al remanso
Niña, apenas mujer, o mujer niña apenas ilusión
Le falta esa pasión que no es perfecta
Es ánfora de lujo, simplicidad de fuente
O lo grandioso que se dispersa en la mirada
Siento una frialdad que no me atrevo a definirla
A darle la firmeza de lo bello desde la superficie
Del lienzo o desde el óleoIngres
tardó cuarenta años en terminar su Fuente
Y nunca estuvo contento de haberla terminado
Su academicismo fue afán de perfección
Su hibridez, el perfecto color inacabado
Y a mi me falta algo, algo, cuando la miro
Yo veo en su desnudo una invisible seda
Intrascendente, como si me velara los latidos
De la joven que quiere ser Mujer
Un cristal que no me deja pasar los sentimientos
Que no me transmite la ternura
Es un frío de invierno que se vuelve escultura
De desnudez en atisbo de sonrisa
Que es llanto, que es belleza de Fuente
Pero nunca, nunca Mujer
De primavera.
SOLEDADES
El ritmo con que te canto
es tan libre como mi alma
y cuando no estás te llamo.
Mi corazón cuando canta
casi siempre está llorando
y en su interior se lo calla.
¡Ay! mi Amor, te quiero, te amo
y te lo digo de veras
que doy Amor cuando canto.
Más, si no te lo creyeras
mi voz es como relámpago
entre tus manos de seda.
¿Dónde, cómo, quién o cuándo…?
Te digo en mi poesía
que soy una voz de llanto.
Escucha la maravilla
de saber llorar por dentro
sin que lo sepa la vida.
Pero a nadie se lo cuento
pues si supieran mi suerte…
me romperían el tiempo.
Y ya sé lo que se siente
cuando se quiere tan hondo:
ya no hay nada que te alegre.
Sólo en tus besos, el gozo
de sentirte me revuela
y se me pinta más rojo.
En los ecos de la espera
la pasión se me engalana
y hasta parecen tormentas
estos deseos del alma.
©Isabella (Julie Sopetrán)
LA ESENCIA
¿Qué será naturaleza?
Belleza.
Y nos dará sin piedad
Edad.
¿Qué esconde en su rostro serio?
Misterio.
Nos planta en el cementerio
nos mima, nos envilece
y siempre es lo que parece:
belleza, edad y misterio.
©Isabella (Julie Sopetrán)
PRESENCIA INDEFINIDA
Había una Poetisa en un lugar de no se sabe dónde ni cuando, que en un tiempo sufrió anemofobia, pero cuando llegó a un jardín atravesando una cueva, muy parecida a la de Eolo, conoció al Viento y se enamoró de él. Las musas dijeron que ella venía del fondo de la tierra. Pero yo no llego a creérmelo del todo. Esta Poetisa, se enamoró del Viento de Amor que es un Viento diferente a los demás, y su afán era buscar y buscar dónde vivía, donde estaba el espacio-tiempo de su amado, o de qué materia estaba hecho.
Muchas noches, como Cupido y Psyque, Poetisa y Viento se palpaban los cuerpos entre las sedas de la oscuridad. Así se oían las caricias más dulces de los amantes entre el silencio de los estanques y la inmovilidad de las flores. Durante el día, ella escribía versos, y el Viento se deleitaba oyéndola entre los chales de la noche. Instalados en el Jardín, el Viento se dormía escuchando a su Poetisa y nunca hacía comentarios a tan delicioso recital cuidadosamente memorizado.
Acostumbrada a esta calma del jardín, la Poetisa, durante el día, comenzó a desgranar sus palabras por el césped que, emocionado en su verdor, empezó a llorar; los tulipanes llenaron sus copas de suspiros; las fuentes acumularon versos en la fluidez de sus círculos; los cipreses evocaban las palabras más románticas; los sauces, las olorosas hierbas, los magnolios, todos, conocían, repetían, hablaban de los versos tan líricos de la inadvertida y a la vez presente Poetisa. Y hasta las mariposas trasladaban palabras de un lugar a otro, inquietas, caprichosas. Todos, menos el Viento que corría y corría indiferente y nadie sabía dónde estaba su casa, sus raíces, su familia.
El jardín quiso hacer algo importante por ella, y un día a plena luz del sol todas las plantas y los elementos vivos, empezaron a trabajar con las palabras que la enamorada iba dejando en sus paseos. Después de mucho diálogo y en un día que la poetisa no estaba inspirada, decidieron construir una escultura de palabras. Nunca nadie ha podido definir su forma geométrica, a veces parecía una flor blanca, otras, la iluminaba el sol de tal forma que era como una pirámide de oro, un piano, un diamante, una estrella, un reloj parado, pero había momentos que sólo era como una presencia indefinida…
Un día, al entrar al jardín, el Viento se topó con la escultura de palabras y se quedó extasiado. Al Viento, la escultura le pareció como un presente eterno de belleza y se preguntó cuál sería el material empleado, la materia utilizada para recrear esa obra de arte tan bella, tan perfecta. Le pareció al Viento como si fuera un espejo lleno de imágenes, como el hogar que nunca había tenido, como la casa de sus sueños… Y por primera vez, el Viento sintió el deseo de arrancarla de la tierra, de llevarla a su lecho para contemplarla, sí, quería ser dueño de aquella escultura diferente a todo lo que había conocido nunca.
Aquella noche la Poetisa estaba triste. El Viento quiso consolarla y le habló de la escultura nueva, rara, única, que había visto al entrar al jardín. La luna parecía la cuna de un recién nacido… Los dos pasearon sin prisa entre los grises casi negros espacios y se acercaron a contemplar la misteriosa obra de arte.
La Poetisa se quedó fascinada y el Viento, comenzó a llorar emocionado. La figura resplandecía en la oscuridad. Cuando la poetisa tocó el falso mármol con sus manos, ella palpó y supo de qué materia estaba hecha la escultura, y de qué partículas diminutas, como si se tratara de comprobar y afirmar esa Física Cuántica, que es algo tan extraordinario como la materia que habla en el silencio a cada individuo en forma diferente y, a la vez reacciona según el deseo de la persona que lo observa.
La Poetisa se ruborizó al reconocer su propio material utilizado, incluso su propia alma. Sólo ella lo sabía y podía afirmarlo, allí estaban sus Palabras, sus sueños, sus dolores, sus lágrimas. Allí, frente a su amado, sintió una recompensa extraña y comprendió que el Viento era un ser diferente, único, increíblemente sensible y bello ante la vida y al arte. Pero antes que nada descubrió que su amado nunca se había movido de aquel jardín. Él siempre había estado con ella, parado, atento, silencioso, incluso durante el día… Y sí, sí, había sido ella, era el movimiento, ella, había sido ella, la que había recorrido, acariciado y maltratado con sus huracanes el jardín, la que había ido y venido y transmitido sus cantos, sus metáforas, sus deseos, la que había entregado sus sentimientos a las plantas más sensibles, dando vueltas a sus emociones más puras, más íntimas, había sido ella, la que le había dado al jardín su ciclón, su fata morgana, su molino de viento, la veleta, el vertograd, el viento casado ruso, o el viento loco, el viento oscuro de los eclipses o cualquier viento conocido o desconocido de aquella, su bendita locura de Amor.
©Isabella (Julie Sopetrán)
AVE DE DIOS
Tu cara tiene el destello
de lo humano y lo divino
dos alas para el camino
y un adorno para el cuello
Veo al mirarte lo bello
con tu gracia me cautivas
y en mirada reavivas
la dicha de contemplarte
una mujer te dio el Arte
para que en mí sobrevivas
Isabella (Julie Sopetrán)
PAISAJE
Rosas y risas
plaga de mariposas
las soledades.
Isabella (Julie Sopetrán)
HAIKUS
Queman tus labios
el sol penetra fondos
de acantilados
los rayos juegan
con las algas marinas
bajo las aguas
los remolinos
giran entre las olas
son nuestros besos
©Isabella (Julie Sopetrán)
DEJADEZ
Se han caído las hojas
del clavel amarillo,
sus lenguas se deshacen,
pronuncian la nostalgia
y exhalan la ternura de los surcos;
llora en su piel la luz de las estrellas
que coronan la muerte de un amor imposible
y son palabras,
caídas en la senda
del misterioso ocaso;
pereza la del viento, que no arrastra
mi piel hacia las aguas
dulces de tu mar muerto,
negligencia del sol, que no quema mi cuerpo
en tus caricias,
abandono del aire, que no lleva mi aliento
hasta tu boca y,
el sol, el sol lo sabe,
derrite el compromiso,
sabe de qué materia se hicieron los vocablos
tan ligeros y ajenos
sin ambición de besos.
Se han caído las hojas amarillas,
sus lenguas se deshacen
sin promesas, sin tiempo
para la eternidad.
Isabella (Julie Sopetrán)
ME LLAMAS…
Han llamado suspiros a mi aldaba de barro
apenas si podían golpearme el vacío
era un silbo tan suave que envolvía la idea
revés de sentimientos en la puerta del llanto
impulso arrebatado que marca mi existencia
golpe en latido abierto circulándome vida
o los huecos que giran en torno a la materia
y una voz casi sangre ha invadido mi espacio
me has llamado tan suave tan fuerte tan de golpe
tus nudillos tu tacto me recorre la frente
relámpago que rompe la llave en dos mitades
como rayo que rompe su homofonía flébil
compás que se deriva del ansia que me vuela
cual deseo engarzado a fugaces estrellas…
©Isabella (Julie Sopetrán)
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Una entrada muy completa y bella. Feliz día . Besos Elssa Ana
Hermosa tu página con mucha poesía y ternura, buenos gráficos y brillantes textos, te invito que me visites y formes parte de mi red de amigos, y de los blogs, en tu caso no se como se hace dado que son distintos los proveedores del progama.
Saludos Luis
Muy interesante los poemas, me agrada que alguien como usted use el nombre y apellido de un antepasado mio.
Felicitaciones
ISABELLA…
YA VEO QUE TENGO MILES DE AMIGAS EN TÍ….
ESO ME GUSTA
ME FASCINA
ME LLENA.
CUALQUIER NOMBRE EN TI ES UN VELO
EL VELO TU MUSA
Y TU MUSA SUAVE COMO UN SUEÑO
ACOMPAÑA A TU PROSA Y A TU VERSO
SUBIÉNDOLOS AL CIELO PARA QUE PERFUMEN A LAS NUVES
ESO ME GUSTA
ME FASCINA
ME LLENA
UN ABRAZO
Una amiga me comentó de esta bella pagina, y qué afortunado soy de leerte Julie. Estoy pasando por malos momentos personales y tu pagina me ha calmado mucho mi ansiedad. Yo me siento un poco como lo que escribes en tu «presencia indefinida» Gracias por existir Isabella Fourment. Mil besos
Julie Felicidades por esta pagina, es un deleite para los sentidos. Me gusta tanto en las fotografías como en la prosa y tu obra poética. Se nota que eres una persona muy especial, de las que ya quedan muy poquitas en el mundo. Sigue con tu trabajo poeta. Me deleitas los sentidos leerte. Gracias.