EFECTO MARIPOSA
Respiro aromas de la acacia en flor. Mi pensamiento es blanco
tiene el poder de un sutil aleteo frente a la invisible impotencia
Veo pasar el aire entre las hojas nuevas
Me transmiten la esencia de algún dios escondido entre las ramas…
Y sólo es un instante de esperanza
bajo este cielo azul de mayo en ciernes y creencias
Expreso mi pequeña loa silenciosa mientras el gorjeo de los gorriones
transita invisible por mi sangre
-arroyo de jardín- el canto entre mis pasos
Y no sé si es gorrión o estornino negro, alondra, pinzón
herrerillo o ese pío aflautado de ruiseñor quien en crescendo
embriaga mis sentidos.
Siento que alguien me mira, fumiga la ilusión con microondas
que marchitan el ánimo. Que la basura incrementa los plásticos
y el vaho de los volcanes usurpa con cenizas, la belleza.
La materia me transmite caos y no puedo volar en esta discrepancia
que me cambia el olfato en lo idéntico.
Y así surge mi tristeza en el efecto de las sensaciones
Oscilo. Determino el aroma en la sonrisa románica de la acacia
Expongo el sentimiento y todo es diferente porque alguien manipula
la pureza del tacto que me hace sentir lo bello en la mirada.
Y no eres tú, mi amor. Es algún diablo, ente, poder oculto que me asusta
me está infundiendo un miedo que es terror
una angustia que es llanto, un eco de noticias nocivas…
Y no.
No quiero ver llorar al arbusto, a esta loa de los pequeños pájaros, al aire…
No quiero perder el perfume ni el canto
Y si
prefiero que sea un dios desconocido y bueno
quien me espíe.
©Julie Sopetrán