ADEMANES INCONGRUENTES
Tiemblo
la taza se derrama en el traje impecable
de la noche
Un ataque de pantomima
espanta las palomas en la manera de decir
y entre los dedos
se desanima el gesto
mimesis de luto
que desarticula la audiencia
Es un neuma de ademanes defectuosos
que en la oscuridad del miedo
sabe a café
manifestación de sentimientos mudos
con acento de afectación
en el viraje de los movimientos
Es una mancha en las gafas
que no deja ver la mejilla roja
son los colores del tropiezo
que se concentran en el mohín de la luna
al pasar por la ventana
el amor baila tu nombre
es monería en el asombro de la oscuridad
guiño, regate en el respingo
garabato en la garambaina
o torcedura de gesto
sin provecho
que aprovecha el azúcar
de tus manos.
©Julie Sopetrán
Muchas gracias Isabel. Un fuerte abrazo.
¡Muy bueno!
De la percepción del instante, gestos torpes o guiados, te nace el inconformismo y hábilmente lo conviertes en estado de gracia buscando refugio en el recuerdo y el amor baila tu nombre diluido en el dulzor de la caricia. Bordas versos de filigrana querida Julie, haces acrobacias en el cordel de las palabras.
Besos de fin de año.
Disculpa mi retraso en visitarte, voy mal de tiempo.
Las incongruencias no revelan el verdadero talante, ni la visión, ni la esencia fiel, humilde y desnuda, pero sí nos hacen imperfectos, que es lo que somos. Puede haber contradicciones que sean una huida o tal vez en un momento determinado, la única salida.
Un poema cincelado, muy bueno. Me has hecho pensar.
Un beso Julie
Y detrás de esos gestos al parecer incongruentes se esconden verdades, casi absolutas, que sin ellos se perderían en una nada que no nos favorecería.
Como siempre, Julie, me dejas sin palabras, querida.
Mil besos…
Perfecto. Esas incongruencias son parte de nuestra vida. Se cuelan en cada instante cuando hacemos lo que no deseamos y hasta sin sabernos, estos gestos incongruentes, declaran una verdad.
Un besito
Gracias Marinel, me alegra conocer tu opinión, cuando escribí ese poema pensé en la inconformidad, en la falta de correspondencia al gesto emitido, en la conveniencia del instante, incluso en esos momentos, del tropiezo fortuito, inoportuno, impensable… Pero acepto y comparto tu opinión, todo, tiene un por qué y trato de expresar precisamente mis debilidades unidas a las que me rodean. Tal vez debiera cambiar el adjetivo o dejarlo sólo en Ademanes. Agradezco tu comentario. Y lo tomo en cuenta. Muchas gracias.
Yo no creo en los ademanes incongruentes, Julie, todo tiene un por qué, todo gesto es movido con afectación, con hilos invisibles del sentir y hasta en el dolor de lo oscuro, un débil sorbo de luna se nos derrama por dentro haciéndonos títeres de su influjo.
Y las manos, las manos Julie, son fiel reflejo de este habitáculo que somos, nos tiemblan, tartamudean, guiñan.
Somos ramaje al fin y como tal nos movemos, a veces, de forma pintoresca, sí, pero no incongruente.
O esa es mi humilde opinión, claro!
🙂
Muchos besos.