DE REGRESO
Las espigadoras de J.F Millet
En el silencio nacen los hijos de la tierra
aquellos que se vuelven de la ciudad al campo;
para empozar la angustia que destila la brea
y madurar amores a la sombra del árbol
En el silencio se hace la vida más despacio
parece que no hubiera que regar las semillas
y que al pulsar la risa del viento en nuestras venas
las horas se volvieran ceniza en nuestros hábitos
En silencio se quedan las bocas cuando se aman
un silencio que mide la hondura de los cuerpos
inflamadas al fuego de lunas que son lágrimas
Placeres silenciosos se quedan en el alma
igual que anacoretas meditando los sueños
que van, vienen y vuelven escuchando los pasos.
©Julie Sopetrán
Dibujos Cuevas Altamira
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